No hay recompensa sin riesgo. That simple.

Es así de simple y grábatelo en la cabeza: no hay recompensa sin riesgo.

Cuando lees historias de éxito, todas ellas tienen algo en común, aquellas grandes figuras arriesgaron muchas cosas para alcanzar los lugares en los cuales se encuentran actualmente. Steve Jobs en el año 1976 vendió su vehículo (que le había costado mucho sacrificio conseguir), obtuvo los recursos iniciales para la fundación de su empresa ¨Apple Computer¨, cuya sede se encontraba en el garaje de la casa de sus padres. Jack Ma, fundador del gigante asiático ¨Alibaba¨, fue rechazado de más de 30 empleos y en 10 ocasiones no fue admitido para estudiar en la prestigiosa escuela de Harvard; asistió a una entrevista de trabajo en el restaurante de comida rápida KFC y de los 24 entrevistados, fueron contratados 23, solo Jack no fue elegido para un puesto. Luego de superados estos obstaculos, Jack nunca se rindió, asumió los riesgos y aún en bancarrota, continúo su trabajo y hoy es uno de los hombres más poderosos del mundo, según Forbes. Elon Musk enfrentó cargos por deudas contraídas, en una ocasión, declaró ante un tribunal lo siguiente:

¨Si no fuera optimista, no creo que hubiera iniciado una empresa de coches eléctricos o una empresa de cohetes”

Elon Musk

Estos tres hombres célebres y considerados como algunos de los hombres con las historias de éxito más relevantes de este siglo, cuentan con un elemento en común: asumieron GRANDES RIESGOS y obtuvieron una recompensa —quizás no una, sino decenas, cientos, miles de recompensas—, pero estas no estuvieron basadas en el pesimismo, cada uno de ellos estaban tan seguro de sí mismos y de sus ideas innovadoras, que no escatimaron esfuerzos y no permitieron un no como respuesta en ninguna ocasión; callaron las voces de las personas que en un sinnúmero de ocasiones entendían que solo era un arriesgado juego de niños.

El éxito tiene una vía, llena de sacrificios, esfuerzo y riesgos en cantidades industriales. Nos veremos enfrentados a situaciones que causarán en nosotros temor, que se verán más grandes que nosotros, tanto así que sentirás que te encuentras a la orilla de un acantilado. A veces, ya estás dentro, lo intentaste, pero durante el trayecto, surgen situaciones que te sobrepasan, que resultan difíciles de superar, en ese momento, es hora de preguntarte: ¿tiro la toalla o lucho por más? Tú decides, si tomas el riesgo y ganas, o si declinas y te quedas justo donde te encuentras ahora. ¿Te gusta el panorama?

Toma el riesgo, te aseguro que la recompensa vendrá.

Te invito a ver este vídeo y ampliar tu visión sobre el tema en cuestión.

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