Dice el dicho que lo que no sirve, se tira a la basura, pero pienso que más que «botarlo», digo que lo tomes, examínalo detenidamente, aprende de los errores y mejora la mecánica. Solemos tener un miedo garrafal a cometer errores, sin embargo, nadie se convierte en un gran maestro sin pasar por las siguientes etapas:
1. Aprendiz;
2. Alumno aventajado; y
3. Experto.
El aprendiz es aquella persona que con muy poca o nula experiencia, empieza los primeros pinitos en un área que desea conocer. Pero no cualquiera puede considerarse aprendiz, para considerarte como tal, debes tener las ganas de poner todos tus sentidos en la sintonía correcta para aprender hasta los más mínimos detalles de tu maestro o mentor.
Luego de ello, cuando ya tienes un tiempo unido al ejercicio del saber, te conviertes en un alumno aventajado, ese capaz de crear razonamientos y hallar respuestas, pero que aún necesita aprobación de su guía.
Finalmente, cuando ya decides saltar el charco, abrir alas y volar solo, te conviertes en un experto en tu área, luego de años de preparación y cientos de errores cometidos que te han enseñado la vía de hacer mejor las cosas.
Nadie nace sabiendo todo acerca de cómo funciona algo, necesariamente tienes que tropezar para levantarte y ser más fuerte, no dejes de cuestionar, de desear saber, cual niño curioso que aún no conoce el mundo. Descubre, cambia las reglas del juego. Adquiere experiencia a través de las posibilidades que tú mismo puedas crear, no esperes que baje el santo grial del cielo. Tú eres el único responsable de hackear el sistema y construir tus sueños.
No lo dudes ni un segundo.
